Crema de calabaza
La deliciosa y aterciopelada crema de calabaza casera siempre es un éxito en la temporada otoño-invierno, cuando está disponible en abundancia. Llena de sabor a calabaza, con un toque de especias y con la untuosidad de la nata, es un plato perfecto cuando necesitas un cálido y cremoso plato reconfortante.
Una vez que hayas dominado la receta básica, podrás llevar la crema en diferentes direcciones, añadiendo otros ingredientes que aportan textura y sabor, como bacon frito picado, curry o incluso champiñones.
Para elegir la calabaza perfecta, busca piezas oscuras en el exterior, pues mejor y más dulce será la carne interior. Y un consejo: Si quieres conseguir un sabor a calabaza caramelizado, te recomiendo que ases la calabaza en el horno en vez de cocerla en líquido. Su sabor será mucho más intenso y delicioso.
Cómo hacer Crema de calabaza
La crema de calabaza es un plato elaborado con una verdura muy saludable y que todos los especialistas en nutrición recomiendan incluir en nuestra dieta.
Es muy fácil de elaborar y aunque puede tomarse sola en forma de crema, es tan versátil que puede ser acompañada de muchos ingredientes diferentes, haciendo de éste, un plato realmente interesante para degustar en cualquier momento.
Es un alimento muy sano, aporta muchos nutrientes y no solo está recomendado para personas vegetarianas sino para veganos o para personas que comen de todo, porque es un plato que gusta prácticamente a todo el mundo y es muy sano.
Si eres de las personas que se preocupan en cuidar la línea o estás en proceso para bajar de peso, esta receta es muy recomendable, no solo porque es sana sino también porque tiene un bajo aporte calórico.
Ingredientes para hacer una deliciosa crema de calabaza
- 300 gramos de calabaza limpia.
- 300 mililitros de caldo de pollo o de verduras (mejor si es casero)
- 150 mililitros de nata para cocinar.
- 50 mililitros de aceite de oliva virgen.
- Una patata pequeña.
- Una cebolla pequeña.
- Sal (a discreción)
Aunque este plato puede consumirse en cualquier momento del año, es ideal para cuando llega la temporada de frío, sobre todo porque se consume caliente, reconforta al cuerpo y proporciona pocas calorías, lo que lo convierte en una elaboración saludable para todo el mundo.
A ello hay que sumar que se prepara en muy poco tiempo, los ingredientes son muy fáciles de encontrar y asequibles. Además, puede tomarse como primer plato o como acompañamiento de otro plato.
Así se hace la crema de calabaza
Comenzaremos limpiando bien la calabaza, retirándole la cáscara y la parte blanda del centro, donde se encuentran las semillas. Cuando la hayamos limpiado la trocearemos en forma de dados de dos o tres centímetros.
Posteriormente pelaremos y lavaremos la patata y la cortamos de la misma forma que la calabaza.
El siguiente paso es pelar bien la cebolla y la picaremos en dados un poco más grande que cuando lo hacemos en brunoise y la reservaremos.
Pondremos a calentar una cazuela grande con el aceite de oliva y cuando esté a la temperatura adecuada incorporaremos la cebolla, sofriéndola hasta que comience a cambiar de color.
En ese momento incorporaremos la calabaza y patata troceadas, lo removeremos bien y echaremos el caldo de pollo.
En este caso, para proporcionarle un mejor sabor, se recomienda usar caldo de pollo casero, aunque también se puede usar caldo de verduras casero. En su defecto se puede usar un brick de caldo de calidad o unas pastillas de caldo concentrado.
Lo calentamos todo a fuego fuerte hasta que comience a hervir, en ese momento lo bajaremos a temperatura media y lo dejaremos aproximadamente una media hora hasta que los ingredientes queden blandos.
Una vez conseguido, se mete un brazo de batidora para dejarlo todo bien mezclado en forma de crema, sin trozos visibles. En este momento hay que asegurarse de que está correcta de sal. Si no lo está, le echaremos un poco y lo removeremos bien para que se mezclen bien los sabores.
Ahora incorporaremos la nata y dejaremos que siga cocinando a fuego suave para que acabe de espesarse y conseguir la textura deseada.
Cuando hayamos conseguido la textura deseada, ya se puede retirar la cazuela del fuego y servir caliente la crema de calabaza.
Se puede tomar tal cual o acompañar de unos costrones de pan crujiente o decorar con un chorrito de nata en forma de espiral y un poco de cebollino picado por encima, seguro que sorprenderás a tus comensales con esta elaboración tan sencilla.