Crema de calabaza y espinacas
Aunque conocemos un gran número de recetas relacionadas con la crema de calabaza, posiblemente nunca antes hayas preparado la crema de calabaza y espinacas.
Se trata de un plato altamente nutritivo, delicioso, asequible y sobre todo sano, recomendable para todo el mundo e ideal para consumir en cualquier momento del año, especialmente cuando aprieta el frío.
Puede que la mezcla de ingredientes resulte algo extraña, pero el resultado proporciona un sabor excelente.
Su forma de elaboración, como prácticamente sucede con todas las cremas, es muy sencilla, por lo que no te preocupes si no eres un as de los fogones, con esta receta que compartimos contigo en este artículo podrás prepararte un plato excelente.
Ingredientes de la crema de calabaza y espinacas
Para la elaboración de este plato necesitaremos los siguientes ingredientes:
- 1 kilo de calabaza limpia.
- 400 gramos de espinacas frescas.
- 300 mililitros de nata para cocinar.
- 1 litro de caldo de verduras o de pollo (mejor si es casero)
- 3 patatas medianas.
- 3 zanahorias medianas.
- 2 Puerros.
- 1 Cebolla grande
- Aceite de oliva virgen extra suave.
- Pimienta negra molida.
- Sal (a discreción)
Modo de elaboración de la crema de calabaza y espinacas
Aunque siempre es recomendable utilizar productos frescos, en la elaboración de este plato se pueden usar espinacas congeladas, siendo una buena opción, aunque las frescas proporcionan un delicioso sabor a esta elaboración gastronómica.
Si las vamos a usar frescas, hay que lavarlas muy bien, retirar las partes desechables y picarlas en trozos pequeños, pero no demasiado. Si se opta por las congeladas, tan solo hay que tenerlas descongeladas en el momento de comenzar a hacer esta receta, normalmente ya vienen troceadas y completamente limpias.
Con la calabaza haremos lo mismo, la limpiaremos bien, le retiraremos la piel y las semillas. Posteriormente la trocearemos en dados no demasiado grandes, procurando que todos tengan un tamaño uniforme.
Pelaremos la cebolla y la picaremos en trozos medianos, así como las patatas y las zanahorias, procurando que todos los trozos tengan el mismo tamaño como la calabaza.
Finalmente lavaremos bien los puertos, les retiraremos las partes que no usemos o no nos gusten y los picaremos como la cebolla.
Pondremos a calentar el aceite en una cazuela y pocharemos la cebolla y el puerro bien troceados con un poco de sal. Cuando comiencen a cambiar de color agregaremos el resto de las verduras y las rehogaremos durante unos cuantos minutos sin dejar de remover.
Después cubriremos por completo los ingredientes con caldo de verduras o de pollo. Si no se tiene, se puede usar agua e incorporar pastillas de caldo concentrado.
Esperaremos a que el caldo comience a hervir y cuando comience a hacerlo bajaremos a intensidad media el fuego, manteniéndolo así hasta que todas las verduras estén completamente blandas, algo que llevará alrededor de 20 o 25 minutos aproximadamente.
En este momento comenzaremos a triturar el contenido de la cazuela con un brazo batidor, un pasapurés o verteremos todo el contenido en el vaso del procesador de alimentos. Lo que hay que procurar es hacer que quede una crema homogénea.
Este es el momento en el que tendremos que salpimentar al gusto e incorporar la nata para cocinar, removiendo bien para que se mezclen correctamente los ingredientes.
Mantendremos la cazuela al fuego durante unos 10 o 15 minutos, siempre dependiendo de la textura que queramos proporcionar a la crema.
En el momento en el que hayamos conseguido la textura deseada, apartaremos la cazuela del fuego y la podremos servir bien caliente, algo que reconfortará, especialmente en los días en los que más frío hace aunque también puede tomarse a temperatura ambiente o incluso fría si se desea.