Crema de calabaza y patata
La crema de calabaza puede ser preparada de muchas formas diferentes, además es una elaboración tan versátil que permite el uso de muchos ingredientes, consiguiendo un amplio abanico de sabores para todos los gustos.
Dentro de esa cantidad de formas de preparación, podemos encontrar una de las más habituales, la crema de calabaza con patata. Por norma general, a la crema de calabaza suele incorporársele patata para que quede más sabrosa y un poco más espesa. Es una receta muy sencilla de hacer y se consigue una textura y un sabor excelentes.
Ingredientes de la crema de calabaza y patata
Para preparar esta elaboración se necesitarán los siguientes ingredientes:
- 500 gramos de calabaza.
- 400 gramos de patatas.
- 1 Litro de caldo de verduras o pollo (mejor si es casero)
- 200 mililitros de nata líquida para cocinar.
- 1 Cebolla grande.
- 2 Dientes de ajo.
- Aceite de oliva virgen extra suave.
- Pimienta negra molida.
- Sal (a discreción)
Con la incorporación de la patata en esta receta, conseguiremos que la textura de este plato sea estupenda, con más cuerpo que si no se usa este ingrediente. Además, le proporciona un sabor bastante más suave y variado, dependiendo de la patata empleada en la receta.
Modo de elaboración de la crema de calabaza y patata
Lo primero que debemos hacer es pelar la calabaza y las patatas, lavarlas muy bien bajo el agua. Retiraremos las pepitas de la calabaza y picaremos la calabaza y las patatas con trozos que tengan un tamaño similar. De esta forma, se cocerán en el mismo plazo de tiempo.
Posteriormente pelaremos dos dientes de ajo y la cebolla grande, lo picaremos todo en trozos medianos. Los echaremos todos en una cazuela junto a un buen chorro de aceite de oliva.
Lo sofreiremos junto a una pizca de sal para que la cebolla se poche bien. Hay que controlar que el ajo no se queme dado que de lo contrario amargará y arruinará la receta.
Cuando la cebolla esté correctamente pochada y el ajo comience a adquirir un color dorado, será el momento para incorporar la patata y la calabaza.
Lo rehogaremos todo durante unos dos o tres minutos, removiendo todos los trozos de vez en cuando para que poco a poco se incorporen los sabores.
Tras esos minutos llega el momento de cubrir los ingredientes con el caldo de verduras o de pollo. En su defecto puede utilizarse un caldo preparado de los que podemos encontrar en el mercado o como último recurso, agua con un par de pastillas de caldo concentrado de pollo o de verduras.
Lo llevaremos todo a ebullición y cuando comience a hervir, bajaremos a fuego medio para dejar que todo se cocine durante unos 25 o 30 minutos. Iremos comprobando si la calabaza o patata están listas pinchándolas.
Cuando estén preparadas, llega el momento de meter la batidora en la olla y obtener una crema homogénea sin ningún trozo o grumo. Debemos procurar que quede muy fina.
Cuando esté lista, la salpimentaremos al gusto e incorporaremos la nata. Lo removeremos bien y lo dejaremos cocinar durante unos 10 minutos aproximadamente hasta que se consiga una crema con la textura que más nos guste.
El resultado debe ser una crema un poco más densa de lo normal, sobre todo debido al uso de las patatas, aunque si queda demasiado espesa, se puede rectificar agregando poco a poco un poco más de nata o de caldo para dejar la crema a nuestro gusto.
Esta crema se sirve en caliente y se puede acompañar de muchos ingredientes diferentes, un cordón de nata, costrones de pan, germinados, hojas de albahaca, etc.